
No contamos ninguna novedad si decimos que el Covid lo ha revolucionado todo. Un giro completo donde competencias, puestos, modelos y estructuras de trabajo… Cambian.
Para adaptarnos al nuevo contexto, la formación va a ser una pieza fundamental. Las empresas están sufriendo numerosas transformaciones que engloban desde la manera en la que nos relacionamos con los demás, hasta el puesto de trabajo que ocupamos.
Por ello, es necesario que las compañías aúnen esfuerzos para que los trabajadores puedan asumir y apoyar toda la reestructuración interna que están sufriendo. Mientras tanto, los candidatos deberán prestar atención al desarrollo del mundo laboral para poder potenciar las habilidades que se están demandando.
¿Cómo están cambiando los puestos de trabajo?
Según el informe realizado por McKinsey Global Institute, “El futuro del trabajo tras el Covid-19”, la pandemia ha impulsado el aumento del teletrabajo, el comercio electrónico y las interacciones virtuales.
Especialmente, identifica que los trabajos donde hay una mayor proximidad física es donde vamos a encontrar mayores transformaciones debido al desarrollo acelerado de la automatización y la inteligencia artificial.
Es a causa de todas estas tendencias, y especialmente de la incorporación de las automatizaciones, que se espera un aumento de puestos más técnicos y especializados, en detrimento de aquellos que exigen una cualificación más baja.
Se estima que unos 5 millones de españoles sufrirán cambios significativos en su puesto de trabajo, pudiendo repercutir en las funciones, en la forma de trabajar o, incluso, teniendo que cambiar de empleo.
El trabajo post covid es automatizado
Según Randstad, la tendencia es que un 52% de los puestos de trabajo en España se automaticen durante la próxima década.
La especialización que ello sugiere, podría tener un impacto positivo en la sociedad, con salarios más altos y nuevas oportunidades laborales. Sobre ello, el Foro Económico Mundial augura que surgirán 133 millones de trabajos nuevos.
Las habilidades más demandadas
Tras el periodo vivido, las empresas demandan perfiles tecnológicos que hagan frente a toda la revolución y transformación que están experimentando, así como su desarrollo y evolución futura.
Otro factor importante son las llamadas ‘soft skills’ o habilidades blandas. Son cualidades profesionales, como la resiliencia, la adaptabilidad o la capacidad analítica, que no tienen tanto que ver con la formación o la experiencia, sino con la capacidad de respuesta de las personas ante los problemas o nuevas necesidades.
En este sentido, el talento de los candidatos comienza a valorarse por encima de otro tipo de factores (como la experiencia), ya que es un potencial que ofrece grandes oportunidades y resultados. Actualmente podemos destacar:
1. Resiliencia
Consiste en superar situaciones complejas o traumáticas. Los cambios que están sufriendo los trabajos pueden resultar muy estresantes y difíciles. Sobreponerse y seguir hacia delante, es algo a tener en cuenta ya que se verá reproducido en la propia evolución empresarial.
2. Capacidad de aprendizaje
Es necesaria para poder adecuarse a los nuevos contextos y responder a nuevas demandas.
A diario aparecen nuevas herramientas de trabajo, nuevas tecnologías, nuevos modelos… Ser capaces de incorporarlos, hace que los trabajadores se mantengan actualizados y al día de las técnicas que son tendencia en su sector.
Por otra parte, en ocasiones puede ocurrir que un profesional tenga que reconvertir su actividad. La capacidad de aprendizaje es de mucha utilidad y facilitará la transición tanto al empleado como a la empresa.
3. Flexibilidad
Es otra de las vertientes de la adaptabilidad y uno de los imprescindibles de la era del trabajo post covid. Los perfiles flexibles son capaces de anticipar cambios, prevenir conflictos y moldearse en función de ellos.
Son capaces de evolucionar en diversos contextos y modificar los objetivos según necesidad.
Upskilling y reskilling
Muchas empresas están optando por la formación como método para mejorar las capacidades de sus empleados (upskilling) o para reorientarlos a otras funciones (reskilling). Gracias a ello, los trabajadores no solo pueden conservar sus empleos, sino que pueden progresar en el ámbito laboral.
En un momento tan convulso como el actual, la formación es una gran aliada. Las empresas deben tomar esta oportunidad para mejorar el vínculo con sus empleados y guiarles hacia un punto de beneficio común.
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