
La pandemia de COVID-19 ha dejado claro que el bienestar de los empleados está en peligro. En un momento en que la pandemia ha empeorado la salud mental de gran parte de la población, los empleados necesitan y exigen cada vez más apoyo de sus empleadores.
Los problemas de salud mental son un desafío prioritario durante la crisis de COVID-19.
Los costes asociados a no abordar los problemas de salud mental de los empleados se suman a una menor motivación y productividad laboral.
Para tener empleados más resilientes y reconstruir la economía en 2021, las organizaciones deben priorizar la salud y el bienestar laboral. Estos aspectos se logran cuando nuestra mente, cuerpo y objetivos nos llevan a sentirnos satisfechos con nosotros mismos y con nuestras vidas. Las empresas deben considerar el bienestar como algo tangible, un insumo empresarial fundamental y un resultado medible.
La comunicación una herramienta fundamental
En este nuevo escenario las relaciones talento-empresa se han transformado:
- Las personas y sus emociones están en el centro de la toma de decisiones
- Las comunicaciones internas deben generar confianza
- Ha nacido un nuevo sistema de valores
El nuevo contexto de trabajo con el COVID-19 acerca la relación entre empleador y empleados: conocemos a las personas en sus contextos y las empresas son más conscientes de las necesidades de su equipo. A esto hay que añadir que la inestabilidad laboral, social, etc.
Aparece un nuevo enfoque donde importa el estado psicológico de los empleados. La comunicación se torna una herramienta fundamental.
Bienestar: una habilidad que aprender y modelar
El bienestar como habilidad es una intención diaria que puede mejorarse con elementos como la meditación, el sueño, el ejercicio, la nutrición, la pertenencia a la comunidad o una conexión espiritual. Las empresas con visión de futuro adoptan el bienestar no como un concepto vago, sino como un índice de acciones que pueden ser aprendidas y se incorporan en nuestro comportamiento diario.
Empoderar a los empleados para que encuentren la combinación adecuada de herramientas y experiencias que satisfacen sus necesidades individuales, es una fórmula para incentivar el bienestar. Para algunos, recargar las pilas significa priorizar el sueño, el ejercicio o la dieta. Otros pueden poner énfasis en el ‘mindfulness’, desconectarse de la tecnología o reconectarse con la familia y amigos.
Los empleados buscan un compromiso con su bienestar laboral donde las entidades ofrecen apoyo y demuestran flexibilidad para responder a las distintas situaciones personales.
Salud y bienestar laboral
Se traduce en una mejora en la capacidad para resolver problemas, presentar, comunicar, resolver conflictos y liderar en el trabajo. De la misma manera, el bienestar debe tratarse como una habilidad crucial para el negocio que puede potenciarse mediante programas de capacitación y desarrollo.
Es fundamental que los líderes valoren el bienestar de sus compañeros tanto como sus habilidades técnicas. Es responsabilidad suya modelar un comportamiento positivo y priorizar el apoyo a los propios esfuerzos de sus equipos.
Algunas soluciones son:
- Incorporar controles de bienestar como parte de las reuniones del equipo y garantizar que los recursos clave, como las herramientas de autoayuda, sean de fácil acceso.
- Hablar abiertamente sobre salud y bienestar y respaldarlo con acciones significativas.
- Eliminar una cultura laboral que implica que el trabajo debe anteponerse a las necesidades personales.
- Empoderar a los empleados para que inviertan en sí mismos y mejoren su relación con los demás.
Recomendaciones
En el futuro, los gerentes deben orientar esfuerzos a la creación de un espacio seguro para la comunicación fluida. Pocos son los empleados que se sienten cómodos hablando con sus superiores sobre su salud mental. El bienestar laboral no se puede lograr sin crear lugares de trabajo que permitan a los empleados otorgarse la prioridad a sí mismos y hablar sobre su situación particular, específicamente su salud mental, con la misma facilidad con la que hablarían sobre un brazo roto.
Una táctica simple, pero poderosa, es enviar encuestas semanales de una o dos preguntas donde se responda a «¿Cómo te sientes?». Esto nos permite obtener un pulso rápido cada semana sobre el desempeño de todos.
Podemos ver los datos por geografía, área, función y otros filtros. Nos permite identificar las áreas a las que debemos brindar más apoyo. Nos ayuda a medir el bienestar de nuestros empleados y ofrece la opción de solicitar apoyo individualizado y confidencial.
Hay que capacitar a los equipos para la intervención temprana a quienes experimentan angustia psicológica, así como recursos para ayudar a los empleados a desarrollar habilidades que nutran su bienestar y desarrollen su gestión emocional.
Las acciones que tomen las empresas a través de esta actual crisis global nos harán más fuertes en el futuro. A medida que navegamos por los desafíos de hoy, nuestra capacidad para fomentar el bienestar frente a la incertidumbre determinará la fortaleza de nuestro liderazgo mañana.
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