Ruptura del teletrabajo

Con la miel en los labios, así ha dejado el teletrabajo al 90% de personas que no quieren volver al modelo de antes de la pandemia. Cada vez hay una brecha mayor entre empleados y empresas a causa de las diferencias de opinión sobre la vuelta o no a la oficina.

El estudio a nivel global realizado por Best Practice Institute identifica que el 83% de los directivos quieren regresar a la presencialidad, mientras que sólo el 10% de los trabajadores querría hacerlo a tiempo completo y bajo las condiciones actuales.

Antes de la pandemia, en España el porcentaje de personas teletrabajando era del 4,8%, según los datos recogidos por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI). Con la llegada del Covid-19, esta cifra se triplicó hasta alcanzar el 16,2% en el segundo trimestre de 2021.

El teletrabajo ha sido la respuesta a una necesidad generalizada de supervivencia empresarial y aún resuenan los ecos de la incógnita: ¿es un modelo que se impondrá de aquí en adelante? La incertidumbre sobre el final de este periodo de crisis sanitaria, ha puesto en cuestión la forma de trabajar presencialmente, con oficina y el clásico horario de 8h a 17h.

Sin embargo, el proceso de vacunación nos anuncia el final y los aprendizajes recopilados durante el último año, han originado el debate sobre si merece la pena volver a lo de antes o si es mejor aprovechar el impulso para comenzar una nueva etapa laboral.

 

Teletrabajo: la nueva realidad


El trabajo a distancia ha generado una ruptura en el estilo tradicional y rígido que imperaba en el mercado laboral. La conciliación con la vida personal, al encontrarse la mayoría de las personas en casa, ha hecho que el flujo de trabajo se vuelva mucho más flexible, permitiendo adaptar los horarios según necesidad y picos de productividad.

No obstante, no ha estado exento de complicaciones. Los equipos han tenido que incrementar su organización y comunicación para continuar la actividad con normalidad. También asumir el reto de adoptar nuevas herramientas, tecnologías y estructuras de trabajo.

Otras de las realidades que han aparecido son:

  • Episodios de estrés y ansiedad a causa de la situación vivida
  • Fatiga provocada por las constantes videollamadas
  • Sensación de pérdida de control por parte de los equipos directivos

A pesar de todo, la posibilidad de acceder al talento allí donde se encuentra, trabajar sin ubicación fijada, compaginar la vida personal y laboral, y poder decidir sobre cómo y cuándo trabajar, son dulces experiencias y oportunidades que han incrementado la calidad de vida de las personas y su satisfacción con el trabajo.

 

¿Cómo hacer la vuelta a la oficina?


Aunque algunos se lo pregunten, el teletrabajo no es un derecho y las empresas tienen la última palabra en la decisión. Hay que tener en cuenta que, según la actividad, para muchas compañías el trabajo a distancia no es una opción efectiva a largo plazo.

En cualquier caso, la realidad es que las prioridades y la forma de trabajar han cambiado y no sería en absoluto positivo simplemente desoír las necesidades de un nuevo perfil de trabajador que busca una mayor autonomía y control sobre su propia productividad.

Nos encontramos en un momento de pruebas, acuerdos y análisis, para llegar a la solución que mejor convenga y satisfaga a todas las partes.

En la vuelta a la oficina las empresas deberán garantizar algunas cuestiones prioritarias:

La salud, la seguridad, y el bienestar de todos sus trabajadores. Concretamente, debe destacar una preocupación por establecer lazos de confianza y estrechar la relación con la cultura corporativa.

Después de todo, uno de los beneficios de la presencialidad es la interacción cara a cara con los compañeros; fortalecer los vínculos, escuchar y atender las preocupaciones y motivaciones del equipo, es una de las facilidades que nos ofrece la presencialidad y que las empresas deben aprovechar y potenciar de cara al futuro.

 

La productividad en remoto cuestionada


¿Qué es lo que hace dudar sobre el trabajo en remoto? Una de las principales razones es la productividad. Según los datos de Best Practice Institute, el 76% de los encuestados considera una mejora en su productividad personal y el 72% en la de todo el equipo.

No obstante, los empresarios tienen el temor de perder intensidad en el trabajo si no supervisan a sus empleados.

Este conflicto que tiene como núcleo central el control, podría solventarse fácilmente con el apoyo de la comunicación. Entre otras cuestiones, las bases para trasladar el trabajo presencial a remoto son:

  • Establecer con claridad los objetivos
  • Poner a disposición de los empleados aplicaciones para incentivar la organización
  • Mantener una cultura abierta y transparente
  • Fomentar un liderazgo empático

 

El futuro es flexible


Por ahora el modelo híbrido está siendo una de las opciones más populares por combinar ambos mundos. Hay varias fórmulas para aplicarlo y podría ser una solución para contentar tanto a empresarios como trabajadores en esta nueva fase.

Aún deberemos esperar para descubrir qué modelos se imponen y triunfan en cada caso. Lo que está claro es que ya nada volverá a ser igual: las empresas deberán apostar por la flexibilidad y la innovación si quieren retener el talento en sus equipos.

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