
Una de las cosas que más le cuesta a un candidato a la hora de preparar su exposición es pensar en sus puntos flacos. Pero, ¿quién no tiene fallos? Hace unos meses ya hablamos sobre cómo prepararse ante este reto. Ahora, te traemos más ejemplos de debilidades en una entrevista de trabajo sobre las que poder hablar.
Todos hemos estado ahí. ¿Tú no? Preparamos en nuestra cabeza la forma de afrontar un proceso de selección e imaginamos las posibles preguntas que nos va a realizar nuestro entrevistador.
Hacemos un repaso a nuestras experiencias previas, nuestros estudios e, incluso, a nuestras referencias -si las tenemos- y todo va sobre ruedas. El puesto es casi nuestro, hasta que llegamos al punto crítico: nuestras debilidades.
¿De qué debilidades hablar en una entrevista de trabajo y cuáles evitar?
El problema en nuestra preparación para la entrevista de trabajo llega cuando nos damos cuenta que no todo es saber venderse ante la persona que tenemos enfrente. También hay que hablar de lo malo. Don’t panic. Solamente buscan información que no aparece en tu currículum.
Hay que afrontar que todos tenemos defectos profesionales. No todo es talento. Solo hay que saber hablar sobre ellas con naturalidad y hacer ver que las tenemos controladas.
¿Qué debilidades evitar en una entrevista de trabajo?
Más allá de los defectos, a los entrevistadores les interesa saber cómo reaccionas ante la cuestión y cómo defiendes tu discurso.
Un truco para poder salir vivo de esta situación es dedicar más tiempo a hablar sobre cómo luchas y afrontas estas zonas oscuras, no tanto a cuáles son. Así demuestras no solo que eres una persona proactiva, sino que sabes solucionar problemas.
En cualquier caso, existen debilidades y falta de competencias sobre las que se pueden hablar y otras sobre las que no. Vemos aquellas a evitar en tu proceso de selección de personal:
Falta de experiencia en tu currículum
La pescadilla que se muerde la cola. Si en todos los trabajos me piden experiencia previa, ¿cómo puedo conseguir mi primer empleo? Es una realidad a la que se enfrentan cada vez más a menudo los jóvenes que quieren incorporarse al mercado laboral.
¿Cómo le damos la vuelta a la tortilla? A veces no es fácil, no vamos a mentir. Hay ofertas cuyo requisitos en este campo son difíciles de satisfacer. Dínoslo a nosotros. Para ver la luz al final del túnel puedes optar por:
- Hablar sobre las competencias adquiridas para desarrollar el trabajo al que optas. Pon sobre la mesa todo lo que sabes sobre el que puede ser tu nuevo empleo, aunque no tengas experiencia laboral demostrable.
- Manifiesta que tienes ganas de aprender. Hoy día el conocimiento es más accesible que nunca y expresar tu predisposición de ponerte al día puede ser una gran baza frente a otros candidatos. Esto vale más que cualquier currículum.
- Puedes no tener experiencia, pero sí referencias. Si has entablado una buena relación con un profesor o mentor durante un periodo de formación, aprovecha para pedir recomendaciones. El boca a boca sigue abriendo más puertas laborales de lo que podrías pensar.
Atención al detalle
Aunque creas que puede ser una fortaleza, dedicar mucho tiempo a un único problema para hacerlo lo mejor posible puede ser una debilidad. ¡Estás perdiendo el tiempo! Los ritmos de producción en las empresas son cada vez más exigentes y se buscan perfiles resolutivos.
En su lugar, convierte esta debilidad en fortaleza. ¡Magia! Puedes decir que:
- Eres una persona comprometida con tu trabajo.
- Tienes presente siempre los plazos de entrega que marca tu manager.
- Te aseguras de entregar un producto acabado de calidad pero sin perder de vista el resto de tus responsabilidades.
Conflictos en otros empleos
La empresa quiere encontrar un perfil ideal para cubrir una vacante, no escuchar el resumen de La Velada de Ibai Llanos. Cada historia tiene dos partes y ellos solamente sabrán tu versión. Evita hablar de peleas y conflictos de forma explícita a no ser que tu interlocutor lo pida.
Puedes quedar automáticamente descartado si te identifican como a una persona conflictiva que crea problemas en su lugar de trabajo. Toxicidad, fuera, mala vibra, fuera.
Si aún así crees que es necesario subrayar este episodio de tu vida profesional, hazlo con cautela. Habla sobre las soluciones que aportaste para poner fin a la situación más allá del quién dijo qué a quién y pon en valor tus fortalezas aplicadas en el caso.
Sinceridad extrema
Queriendo diferenciarte de otros candidatos, optas por enarbolar la bandera de la sinceridad. Hablas demasiado y cuentas más de lo que es necesario. El personal de Recursos Humanos espera que no mientas, pero ir a tumba abierta es otra cosa. En LaborFox, no nos gustan los listillos.
La persona que tienes al otro lado espera que seas capaz de analizarte y ser consciente de tus propios fallos. Si no sabes cuáles son tus debilidades de cara a una entrevista de trabajo, contacta con tus ex compañeros de otros trabajos con los que guardes relación, amigos y familiares. Después haz una lista con ellas y selecciona aquellas que mejor te definan. Porque sí, tus fallos también hablan de ti.
No hables sobre lo que realmente creas que te hace inferior respecto a otras personas que optan al mismo puesto. Céntrate en aquellos problemas que hayas identificado y con los que sepas lidiar y tener bajo control.
Trabajo demasiado
“Soy muy perfeccionista”, “trabajo demasiado” o “no tengo defectos” son red flags de manual para los encargados de dirigir entrevistas de trabajo. Con frases tan clásicas como estas, demuestras una escasa o nula preparación ante el proceso de selección.
El departamento de Recursos Humanos escucha estas frases día tras día. Hablar sobre las debilidades en una entrevista de trabajo de forma exitosa nos servirá para destacar frente al resto de las personas en el proceso de selección.
Un ejemplo como mayor debilidad
Ya hemos hablado sobre lo que debes evitar, ahora toca centrarnos en lo que sí comunicar. Te recomendamos elegir una debilidad para tu entrevista que no te defina completamente como trabajador. Tampoco seas demasiado genérico. ¡Prepárate un ejemplo antes del proceso de selección!
Por supuesto, si no sabes qué debilidades exponer ante Recursos Humanos, no evites la pregunta ya que a su vez puede ser percibido como un defecto personal en sí mismo.
Opta por ser veraz y breve. Quieres pasar por este mal trago lo antes posible, pero no se debe notar. Toma la sartén por el mango y prueba que sabes lidiar con situaciones desagradables.
Poniendo un ejemplo que no sea demasiado personal sobre una debilidad demostrarás que eres autocrítico. Recuerda también que tienes que hacer ver cómo manejas este defecto en tu vida laboral diaria.
Tres debilidades que pueden sacarte de un apuro en tu entrevista
No existe un número mágico sobre debilidades de las que poder hablar y salir victorioso en una entrevista de trabajo. Como lo que seguramente estás buscando son ejemplos para preparar tu candidatura, te proponemos algunos que te pueden ayudar. Ya nos invitas a algo cuando consigas tu próximo empleo:
- Autocrítico: las empresas buscan personas que sean conscientes de sus propios defectos, algo que, al fin y al cabo, buscan al plantear la pregunta de marras sobre las debilidades.
Evita que se asocie esta idea con la de negatividad y acótala solamente a tu ámbito profesional.
- Introvertido: a no ser que vayas a trabajar de cara al público, el ser introvertido cada vez pasa más desapercibido entre los reclutadores. Es un rasgo de personalidad que no suele suponer una merma en el resto de tus habilidades.
Pon sobre la mesa que aún así eres una persona social y que no te cuesta encajar en entornos de trabajo.
- Impaciente: si este es tu caso, puedes decir que buscas conseguir los mejores resultados para tu empresa y que siempre estás a la espera de conseguir nuevos datos.
Así, también demuestras que eres proactivo, que te importa lo que haces y que buscas formas alternativas de llegar a tus metas.
Saber hablar sobre tus puntos débiles en una entrevista de trabajo
Como en muchos otros ámbitos de la vida, en las entrevistas de trabajo no se trata tanto sobre qué se dice, sino cómo se dice. Las personas con más habilidades lingüísticas y sociales tendrán ventaja en este sentido. Pero todo se entrena:
- Domina tu cuerpo. El lenguaje corporal dice mucho más de ti de lo que podrías pensar, tanto si estás en una entrevista presencial como en remoto. Demuestra seguridad en tus gestos para reafirmar lo que dices y que eres sincero en tu discurso.
- Sé resolutivo. Cuando estés dialogando con tu interlocutor, este va a valorar tanto que hayas identificado tus puntos débiles como la capacidad que tienes de manejarlos. Haz ver a tu entrevistador que no van a ser un problema a la hora de desempeñar tu futuro empleo.
- Muéstrate natural. Hablar sobre las fortalezas y las debilidades en una entrevista de trabajo no debe ser traumático. Afronta esta parte del diálogo como una más. Al fin y al cabo, tu interlocutor acaba de conocerte. No es nada personal, ¿o sí?
Debilidades con piel de fortaleza
Cuando hables sobre tus debilidades en una entrevista de trabajo, debes aportar valor. La persona que indaga en tu perfil profesional busca saber más sobre ti, además de intentar conocer tu forma de actuar, razonar y de resolver problemas.
Transforma tus defectos en fortalezas. Es algo que al principio puede ser difícil de entender, pero que aprenderás a hacer cuantas más entrevistas hagas. Una buena conversación es el mejor currículum.
¡Suerte!
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