La cultura corporativa determina el éxito o el fracaso de una empresa puesto que influye en la actitud y rendimiento de sus empleados. Es, por tanto, uno de los elementos más importantes y a los que tenemos que prestar más atención.

Pero ¿qué es exactamente la cultura corporativa?

 

La cultura corporativa representa las convicciones, valores y prácticas de los directivos que, implementando una línea común (consciente o inconscientemente) en los objetivos y comportamientos comerciales sirven como modelo para toda la empresa.

¿Qué hace que una cultura corporativa sea exitosa? ¿Y cómo puedo aumentar la satisfacción de los empleados en mi empresa? Puedes averiguarlo aquí.

Culturas corporativas de las que los clientes y los empleados se enamoran ayudan a impulsar el éxito empresarial. La cultura corporativa puede hacer o bien deshacer una empresa. Una empresa que carece de una de esta herramienta de alto rendimiento está condenada a la mediocridad.

La cultura organizacional es transcendental porque establece el tono para todo, desde cómo interactúan los equipos hasta los tipos de contrataciones realizadas y cómo se trata a los clientes. Un error puede hacer retroceder meses.

Aquí tienes los pasos para crear una cultura ganadora:

Aprende del pasado

Todos tenemos experiencias de las que podemos extraer lecciones valiosas. Si vas a crear una empresa por primera vez examina las culturas corporativas de las organizaciones para las que trabajaste anteriormente. ¿Qué funcionó para ti? ¿Qué no? Del mismo modo, si eres un emprendedor experimentado, piensa en las culturas que ya creaste. ¿Qué fomentó el éxito?

Crea una cultura coherente con tus valores fundamentales

Este es tu negocio. Lo estás conduciendo y necesitas plasmar quién eres en lo que haces. De lo contrario, no funcionará. Piensa en tu personalidad y, lo que es más importante, en tus valores fundamentales. ¿Eres innovador o creativo? ¿Fomentas una mentalidad de trabajar duro y apostar fuerte? ¿Estás relajado y esperas lo mejor de la gente? Promueve ese comportamiento en tu empresa e incentiva a las personas a obtenerlo, contrata a esos recursos humanos que muestran esa chispa y personalidad.

Tómate un tiempo para reflexionar sobre quién eres, las vibraciones que quieres irradiar y, en última instancia, el tipo de cultura que se adapta tanto a ti como a tu marca.

Encuentra grandes personas que te complementen

Completa tu cultura corporativa contratando personas que ofrezcan experiencias laborales diferentes a las tuyas. Por muy tentador que sea, evita contratar clones tuyos. Identifica tus fortalezas y debilidades, luego completa los vacíos. De esta manera el clima laboral será equilibrado.

Por ejemplo, si eres un innovador asombroso, pero te quedas corto cuando se trata de hacer números, contrata a un director financiero inteligente. Si te gusta arriesgarte, contrata a alguien más conservador. Diversas perspectivas basadas en una visión compartida valen su peso en oro. Y una vez más, asegúrate de no sacrificar tus valores fundamentales.

Comunícate

Al desarrollar el clima laboral estipulado, hablad entre vosotros. Esto puede parecer trillado, pero es más fácil decirlo que hacerlo. Las personas deben poder compartir sus ideas y hablar abiertamente sin temor a represalias. La gente quiere que se escuchen sus opiniones y quiere sentirse bien.

Diviértete

Es simple: un poco de diversión rinde mucho. Por supuesto, esto es diferente para cada negocio. Una empresa de tecnología puede salirse con la suya con más diversión que quizás un bufete de abogados o un hospital. Pero hay formas de involucrar a los empleados en actividades que rebajen la tensión. Por ejemplo, deja las tardes de los viernes libres durante el verano; lleva a tu equipo a una partida de paintball; acude a una cata de vinos después del horario laboral; u organiza un concurso (de paellas, por ejemplo). Simplemente haz algo fuera de lo usual y dale a la gente la libertad de relajarse, presentarse de una manera diferente y divertirse.

Trabaja en equipo

Deje de pensar en las personas como «empleados» o «departamentos». Todos son parte del mismo equipo, así que han de actuar como tales. Reunirse en torno a la idea de que “estamos todos juntos en este barco” genera un sentido de unidad y comunidad, que fomenta la cultura corporativa.

Las mejores personas son jugadores de equipo que realmente apoyan a la empresa, a sus fundadores, a la dirección y a los compañeros de trabajo.

Mantén y desarrolla cuidadosamente tu cultura corporativa

Esto no es algo que pones en marcha y esperas que permanezca para siempre. Requiere trabajo. Necesitas nutrirla y darle la libertad de evolucionar. Si te aferras demasiado a tu cultura, corres el riesgo de asfixiarla. Protégela, sí; pero comprende que tu se irá transformando, y eso está bien siempre que mantenga su esencia.

Además, evalúa a los recursos humanos de tu equipo en contexto lo que buscas transmitir. La evolución efectiva de tu clima laboral a veces requiere tomar decisiones difíciles para dejar ir a las personas que no evolucionan con ella.

Crea una cultura en la que la gente se sienta motivada al ir a trabajar y se mueva en la misma dirección. Manteniendo un camino uniforme lograrás una productividad laboral increíble en tu personal.

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